jueves, 29 de septiembre de 2011

Elizabeth Fraser y la pintura de vuelta.

               Hace algún tiempo buscaba información sobre Elizabeth Fraser, la angelical voz de los increíbles Cocteau Twins, y me encontré con ella: Elizabeth Fraser, pero no la cantante, sino la pintora oriunda de Portland, Maine, Estados Unidos.
               Fue la imagen de un perro fotografiado hacia abajo la que me quedó pegada por días. El color tan vivo y las pinceladas gruesas daban un realismo sorprendente. Ese trabajo tan logrado, sin embargo, se veía relativamente simple. El plan de volver a pintar, después de varios años, quedó guardado en algún lugar de mi cabeza.
               A principios de septiembre me decidí, me hice de una caja de témperas y desempaqué mis viejos pinceles para hacer realidad mi deseo de ser pintor de nuevo. Pensé que lo mejor para ponerme en forma era copiar obras ajenas y así ejercitar mi sensibilidad al color y al trazo antes de crear una original yo mismo. Volví a visitar la página web de Fraser, esta vez con más detención y atención, y me enteré de algunas cosas.
               Elizabeth se dedica, entre otros temas, a pintar retratos de mascotas. Tiene sus propias musas y también trabaja pintando los favoritos de otros mediante encargo. Perros y gatos, en su mayoría, quedan inmortalizados a través de seguras pinceladas de óleo sobre tela. También forma parte del movimiento artístico “Daily Painting”, la pintura y la obra completa como actividad diaria. Éste movimiento es un fenómeno que ha entusiasmado a muchos (como yo, que no soy pintor profesional) a pintar cosas simples, más seguido y tomar la pintura y la obra en sí como método para avanzar, desarrollarse y perfeccionarse. Es por esta misma razón que los formatos de sus obras son casi siempre cuadrados y no alcanzan los diez centímetros por lado. Visto como una especie de bitácora o diario de vida, ha creado desde el año 2006 más de 1500 obras. Por mi parte, me he impuesto la meta de pintar al menos uno por semana.
               Para volver a mi vieja pasión por el dibujo y la pintura, decidí para mis intentos usar témpera por ser más barata y más fácil de manipular que el óleo. Elegí entre los retratos de mascotas de Fraser aquellos que me parecieron más fáciles de copiar y me entregué al relajo y solaz que ofrece pintar.
                A continuación, a modo de ejemplo ilustrativo, dejo imágenes de un original de Fraser en óleo sobre tela, y mi copia de témpera sobre papel. También entrego los links de sus sitios en Internet.



Original, óleo sobre tela.

Mi copia, témpera sobre papel.
Para no cortar la hoja pinté hasta abajo.
El fotógrafo omitió centímetros a la izquierda.