miércoles, 12 de agosto de 2015

Epiphone FT-79 Texan


 Durante los últimos años he estado obsesionado con las guitarras acústicas; específicamente las guitarras de cuerpo masivo, cuyo nombre técnico es "dreadnought". Guitarras robustas que lucen cuerdas de bronce.
             Esta relajante obsesión comenzó con mis ganas de adquirir una guitarra electroacústica. Ya en diciembre del año 2012 pude tener mi primera guitarra acústica con las características del primer párrafo. Una guitarra muy noble de marca Luna modelo Muse Satin, de clase económica, pero que cumplió con creces mis expectativas sonoras y físicas: un instrumento bonito a la vista, de sonido expansivo y que no desafina al tocar exigentemente (cambiando afinaciones, haciendo bending, usando capodastro, etc.). Una tremenda guitarra a un precio muy suelto.
            Con aquella guitarra compuse y grabé rápidamente mi primer EP (Tripulina), y funcionó perfecto. Siempre tuve ganas de hacer canciones en guitarra acústica, pero como no tenía, no empecé a hacerlas hasta ese mes de diciembre. Ayer mismo estuve leyendo un artículo en donde Max Cavalera daba consejos a los guitarristas, siendo uno de ellos componer canciones (del estilo que sea)  en guitarra acústica. Bien, mi instinto me decía que así tenía que ser porque de esa forma era mejor.

Elliott Smith y una vieja FT-79.

             Todo bien con la Luna... hasta el momento de subirla al escenario. Cualquier guitarrista o sonidista sabrá que es complicado amplificar una guitarra acústica en un escenario sólo con micrófonos: es imposible captar su sonido entero sin pérdida y sin filtrar otros, además  los acoples son muy susceptibles. La primera idea que tuve fue instalar un sistema de amplificación en la guitarra. Lo más fácil hubiese sido poner un piezo bajo el puente y cortar la guitarra en el costado para instalar los controles. Cuando pensé en que la guitarra tenía que ser aserruchada profanando la madera, descarté la idea. No me hubiera perdonado modificar de esa manera la guitarra. Ahora sé que existen maneras menos invasivas (pero más costosas) de instalar un sistema de amplificación en una guitarra acústica, pero en esos días y de acuerdo al presupuesto, rajar la guitarra era la única opción. Fue de esa forma como creció en mí el deseo de tener una guitarra electroacústica. Es divertido porque cuando chico pensaba que las guitarras electroacústicas eran para gente como Alberto Plaza o Pablo Herrera. A estas alturas mi mente se pone difusa, ya que no recuerdo cómo llegué a pensar primero y a obsesionarme con el modelo Epiphone Inspired by 1964 Texan. De lo que sí estoy seguro es que si no hubiese trabas económicas, indudablemente me hubiese tirado de piquero a una Martin D18E Retro; una Gibson Hummingbird, u otra similar.
            Llegué a la Epiphone Texan seguramente por Paul McCartney, uno de sus usuarios más célebres y uno de mis compositores predilectos. Paul llevó a las masas la Texan al grabar con ella en 1965 la archiconocida canción de The Beatles, Yesterday. Además de McCartney, la lista de artistas que han usado la Epiphone Texan es bastante atrayente e incluye a Noel Gallagher, Peter Frampton, Kurt Cobain, Elliott Smith y de seguro a muchos otros menos conocidos. Cuando la Texan estuvo en mis pensamientos obsesivos, empecé a ver videos en YouTube, a ver fotos y leer todo cuanto he podido sobre este hermoso instrumento. Lo primero que aprendí en la búsqueda fue sobre las maderas sólidas y/o laminadas que conforman la caja acústica de una guitarra. Entendí que las maderas sólidas superan en calidad sonora a las maderas laminadas (las cuales están presentes en dos tercios del cuerpo de la Luna). Entre las guitarras de buena calidad y accesibles para mí, la Epiphone Texan tenía la ventaja de contar con madera sólida adelante y atrás, siendo laminada sólo en los costados.

Kurt Cobain rasgueando su Epiphone Texan
en la prueba de sonido en el Roseland Ballroom
de New York en 1993.

Han existido varios tipos de FT-79 (nombre del modelo Texan) en el curso de los años desde su aparición en 1941. El cuerpo de la Texan del año 1964 (el año de la de McCartney), por ejemplo, era de pícea laminada en el frente y caoba laminada por atrás y los costados. El modelo usado por Kurt Cobain tiene una curvatura diferente, pues pertenece a la segunda generación de FT-79, fabricadas entre los años 1949 y 1953. Cobain la compró en una tienda de instrumentos luego de alcanzar la fama (me aventuro a decir que de otra manera no podría haberla conseguido, puesto que el valor de una Texan de esos años supera los dos mil dólares) y la usó en algunos shows de la gira In Utero en 1993 y 1994. También se le puede apreciar expectante sobre el escenario en la famosa actuación Unplugged para MTV, la guitarra es fácilmente reconocible por el sticker que reza “Nixon Now”.

Paul McCartney y su Texan del 64
todavía en los escenarios.

Mi guitarra, la Epiphone Inspired by 1964 Texan, tiene un valor de 400 dólares en Estados Unidos. Cuando intentaba conseguirla, coticé en tiendas de Chile y el valor más bajo por el que podía obtenerla era alrededor de 350 mil pesos. Por suerte, un generoso amigo me hizo el gran favor de comprarla en una de las sucursales de Guitar Center en Washington DC, y así pude obtenerla por 480 dólares con el case original incluido. Ésta versión de la Texan, es la única disponible en este momento, es decir, es la única que se fabrica y que puede ser adquirida totalmente nueva, pues apareció en el año 2009 y no ha sido descontinuada. A diferencia de cualquier otro modelo Texan, éste es el primero en incluir componentes electrónicos que permiten su amplificación. Cuenta con un piezo Shadow Nanoflex bajo el puente y los controles de volumen, bajos y agudos, dentro de la boca de la guitarra, haciéndolos prácticamente invisibles; y lo que es mejor: el cuerpo no sufre cortes ni sacados por ninguna parte.
A diferencia de la Luna, tiene un sonido mucho más brillante; y en cuanto al cuerpo, el mástil es un poco más grueso y se siente mucho más firme al contacto con las manos. Las dos cosas con las que he tenido que lidiar son, un zumbido en algunos trastes los cuales fueron reparados por un lutier, y el desnivel en el volumen de las cuerdas cuando la guitarra está amplificada. Este último es un tema bastante delicado y común, ya que al mover o sacar el puente al cambiar las cuerdas o al calibrar, se genera una diferencia de nivel en el volumen de las cuerdas cuando el piezo no hace contacto de manera uniforme con el puente. Sin embargo, existe la manera de solucionarlo.
           Mi sueño es tener alguna vez guitarras legendarias originales, vale decir, del año en que se fabricaron, pero para eso falta. En realidad no sé si algún día pueda cumplir ese anhelo. Por mientras sigo viendo videos y fotos, admirando la belleza de los instrumentos. Pensando en que como la Texan, algún día estarán en mis manos.

Yo y mi Texan.